Día Nacional de los Pueblos Indígenas en Chile: importancia de aprender de su cosmovisión para la protección del medio ambiente
Como una manera de conmemorar el Día Nacional de los Pueblos Indígenas en Chile y las ceremonias que estos pueblos realizan desde tiempos ancestrales, el día 21 de junio se declaró feriado legal para hacerlo coincidir con el solsticio de invierno, el cual se produce entre el 20 y 24 de junio de cada año. Para la cosmovisión indígena el solsticio de invierno representa un cambio de ciclo, la nueva salida del sol y la renovación de la vida en la naturaleza y en las personas que coincide con el día más corto del año y, a la vez, su noche más larga.
La existencia de un feriado en el Día Nacional de los Pueblos Indígenas constituye una oportunidad para conocer la cosmovisión y prácticas ancestrales de los pueblos originarios que habitan en nuestro país, sus celebraciones, y la relación que ellos tienen con el medio ambiente dada por el solsticio de invierno considerando la profunda significación que tiene este hecho para estos pueblos. En este contexto, el día del Solsticio de Invierno es celebrado por los pueblos indígenas como el año nuevo, instancia en la que se realizan una serie de rituales y conmemoraciones propias de cada pueblo que dan cuenta del cierre de un ciclo y el comienzo de uno nuevo.
De acuerdo al último CENSO de 2017, el 12,8% de la población en Chile se considera perteneciente a algún pueblo indígena, lo que representa a 2.185.792 personas. La mayor parte de las personas pertenecientes a pueblos indígenas u originarios en Chile se identifica como pueblo Mapuche (79,84%), seguido por Aymara (7,17%) y Diaguita (4,05%). El resto de los pueblos indígenas no sobrepasan el 2% de la población, estos son: Quechua (1,55%), Lican Antai (1,39%), Colla (0,95%), Rapa Nui (0,43%), Kawésqar (0,16%), Yagán o Yamana (0,07%).
Por su parte el Estado chileno, a través de la Ley Indígena N°19.253, reconoce como principales etnias indígenas de Chile a la Mapuche, Aymara, Rapa Nui o Pascuenses, las comunidades Atacameñas, Quechuas, Collas y Diaguita del norte del país, las comunidades Kawashkar o Alacalufe y Yamana o Yagan de los canales australes.
¿Cómo celebran el solsticio de invierno los pueblos originarios en Chile?
Una de las expresiones más significativas del pueblo Mapuche es el We Tripantu o año nuevo mapuche que se produceen el momento del solsticio de invierno en el hemisferio sur, que representa un cambio de ciclo y renovación, elevando esta conmemoración a un nivel sacro de purificación de sus comunidades. Durante la celebración del “We Tripantu” o “Wiñoi Tripantu”, que en lengua mapudungun significa “la nueva salida del sol”, los mapuches se juntan en una casa anfitriona donde cada asistente lleva su yewüm (aporte en alimentos o presentes) y como grupo comparten historias y cuentos de la cultura mapuche. También se realizan bailes ceremoniales en torno a un fogón y juegos tradicionales, todo acompañado de comida de tradición mapuche como lo son el muday o mültrün (chicha de maíz o cebada). Cuando amanece, generalmente los mapuches acuden a bañarse a un río para eliminar todo lo viejo y los malos espíritus, luego se reúnen para recibir al sol y exclamar “¡Akuy we tripantu!” y “Wiñoi tripantu” (“¡Llegó el año nuevo!” y “Regresa el amanecer” respectivamente). Durante el resto de día diversas actividades ceremoniales y de festejo se realizan para empezar el año nuevo con prosperidad.
Para el pueblo Aymara no hay día más importante que el día 21 de junio en que celebran el Machaq Mara (año nuevo) o Mara Taq´a (división del año). Este día marca el inicio de un nuevo ciclo agrario y también astronómico, que corresponde al solsticio de invierno. Durante la madrugada del día 21 de junio la comunidad generalmente se reúne en el mallku uywiri (cerro donde viven los ancestros y achachiles protectores), realizándose una serie de rituales en los cuales se agradece a la madre tierra o Pachamama y a los primeros rayos del sol con el objetivo de reestablecer la armonía y favorecer el kamasiña (bien de estar conviviendo), durante el ciclo anual que se inicia, todo en un espíritu de comunidad en torno a bailes, música y comida.
El pueblo Quechua, por su parte, celebra esta fecha bajo el nombre “Inti Raymi” que representa el año nuevo, que como en otros pueblos se conmemora durante el solsticio de invierno que anuncia un nuevo ciclo de vida para lo cual se agradece a la naturaleza y al astro solar Inti; ritual heredado de la cultura Inca. En forma previa a esta celebración se preparan los altares sagrados de las diferentes comunidades y se preparan comidas y ofrendas para celebrar esta fiesta. Los ancianos de mayor rango, tienen la responsabilidad de preparar la ceremonia que se realiza al alba del 21 de junio, junto con la salida del Sol, realizándose las primeras rogativas, se prenden inciensos y se presentan ofrendas en un rito de agradecimiento al Sol. Algunos integrantes de las comunidades queman sus antiguas ropas y se visten con nuevas prendas, otros se bañan en los ríos, para dar inicio al nuevo ciclo donde todo vuelve a renacer.
Los pueblos Diaguita y Colla conmemoran la fecha como “solsticio” o “año nuevo”. Los diaguitas que tienen dentro de sus ritos el adorar al sol y a los fenómenos de la naturaleza, los cuales estan conectados con la madre tierra o Pachamama que es considerada la diosa femenina de la tierra y la fertilidad, que nutre, protege y sustenta a los seres humanos, razón por la cual le rinden ofrendas en el solsticio de invierno. Para el pueblo Colla, la figura de Dios y todas sus tradiciones, también convergen en la Pachamama que tiene un papel integrador de todas las energías, asimismo, los Colla creen en espíritus guías y en el Tata Sol y la Mama Luna, haciéndose también parte en la celebración de este año nuevo bajo el nombre de “Huata Mosoj”, la cual se realiza al amanecer y es llevada a cabo por un Yatiri, que corresponde a una persona sabia elegida por las fuerzas espirituales.
Otro pueblo en el norte de Chile que celebra esta fecha son los Atacameños, bajo el nombre de “Likan Antai”. Durante este evento que para ellos significa el “Cambio de Ciclo” se enciende fuego y alrededor de este se recita «Aijate, aijate al jumor» en lengua kunza, lo que significa “allégate al fuego”, mientras le ruegan a la Pata Hoiri o madre tierra. Por su parte, el pueblo Rapa Nui al comienzo del solsticio de invierno realizan el rito Aringa Oro o Koro (fiesta de año nuevo Rapa Nui),que conmemora la fiesta de año nuevo que celebra el ciclo anual de la vida y está relacionada con la fertilidad y la productividad. El rito simboliza una nueva temporada de siembra de los recursos naturales, tanto terrestres como marinos. Durante la celebración se rinden cultos a los antepasados, a los patriarcas de las familias, junto a los linajes y parientes de la comunidad, alrededor de un gran curanto.
Los pueblos australes Kawésqar y Yagán, dada su ubicación geográfica y el ecosistema que habitan y que determina su concepción del tiempo y del espacio, vinculado a fiordos y canales del extremo sur, mantienen una relación diferente con los ciclos de la naturaleza, y por tanto su concepto de los ciclos temporales son otros.
En síntesis, cabe destacar que la existencia de un Día Nacional de los Pueblos Indígenas en Chile, constituye una importante instancia para visibilizar su cultura, cosmovisión y su forma de vida y facilitar la comprensión de las culturas indígenas por parte del resto de la sociedad chilena, favoreciendo con ello una mejor integración y valoración de la diversidad cultural en nuestro país. A la vez que representa una oportunidad para aprender de la cosmovisión de los pueblos originarios, que le asignan a cada recurso natural el carácter de una figura sagrada, que debe cuidarse como tal, lo cual nos permite reflexionar que el bienestar material de las sociedades sin la preservación el bienestar espiritual conduce irreparablemente al deterioro del medio ambiente y sus recursos naturales. En este sentido, el modelo extractivista que ha caracterizado a Chile en el uso de sus recursos naturales a lo largo de su historia además de tener consecuencias negativas tanto por la alta dependencia económica y política, ha tenido impactos irreparables desde el punto de vista medio ambiental, por lo cual resulta clave realizar un cambio de paradigma respecto del cuidado de los recursos naturales antes de que sea demasiado tarde. Bajo este escenario, la cosmovisión, conocimientos y prácticas ancestrales de los pueblos originarios sobre la protección y uso de los recursos naturales constituyen un capital socio cultural para muchas comunidades locales que siguen manteniéndose hasta el día de hoy, por lo que esta riqueza cultural podría jugar un papel importante en la protección medio ambiental y su relación con el desarrollo humano, contribuyendo con ello en la transición hacia un modelo de desarrollo económico más sostenible en nuestro país.
Administrador Público y Magister en Dirección de Empresas (MBA), posee más de 20 años de experiencia laboral en los sectores público y privado. Posee conocimientos y experiencia laboral en la dirección, coordinación, formulación y evaluación de proyectos de cooperación al desarrollo y asesorías en ámbitos vinculados a la cohesión social, derechos humanos, medio ambiente, energía y cambio climático, educación y cultura, inclusión social de grupos vulnerables (i.e. personas con discapacidad, migrantes, personas en situación de pobreza, entre otros), desarrollo de personas, entre otros, desempeñando dichas funciones en la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID), Ministerio de Relaciones Exteriores, Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS), Ministerio de Energía, Ministerio del Medio Ambiente, Ministerio de Educación, organismos bilaterales y multilaterales de cooperación internacional, universidades, corporaciones privadas, entre otros.
La profesional, cuenta además con más de 14 años de experiencia en la coordinación, gestión, relatoría y facilitación de talleres, seminarios y cursos de capacitación nacionales e internacionales en organismos públicos y privados en materias vinculadas al desarrollo sostenible (i.e. derechos humanos, inclusión de grupos vulnerables, energía y cambio climático, buenas prácticas laborales, agenda para el desarrollo sostenible, entre otros), desarrollo organizacional y optimización de procesos, planificación estratégica y control de gestión, cooperación internacional.